HE ENCONTRADO MI IKIGAI Y ESTOY MUY AGRADECIDA
- Analie Vargas
- 14 oct
- 2 Min. de lectura
Sí, ese punto mágico donde se cruzan lo que amas, lo que haces bien, lo que el mundo necesita y lo que te paga las facturas (porque el propósito también tiene que comer). 💛😅
Mi ikigai es acompañar a personas y organizaciones a brillar desde su propósito — ver cómo una idea se convierte en acción, cómo alguien vuelve a creer en sí mismo, cómo un equipo pasa del “qué más da” al “¡vamos con todo!”, como un lider pasa de promedio a destacar con todo su potencial. 🌟
Pero te confieso algo: durante mucho tiempo mi ikigai estaba ahí, clarito, pero no lo vivía a plenitud. Estaba en pausa, en “modo avión”. Y no porque no lo tuviera… sino porque no estaba en balance, no estaba en el lugar correcto, ni con la gente correcta.
Estaba fuera de mi centro, sobreviviendo en vez de disfrutar. Y justo hace unos días lo conversaba con unas amigas cuando me hablaban de lo claro que era para ellas mi pasión. Cuando no tomas decisiones, no sueltas lo que te drena, no cultivas hábitos ni relaciones que te sumen… ni el mejor propósito o los más grandes talentos te pueden salvar.
Porque no hay propósito que florezca en terreno árido.🌱 Necesitas paz mental, descanso, alegría, salud emocional y esa dosis de locura buena que te hace reír en medio del caos.
Con ayuda de excelentes profesionales y de amigos entrañables, un día lo entendí: no basta con saber cuál es tu propósito, hay que tener el coraje de vivirlo. Y para eso, hay que poner orden dentro — y alrededor — de ti.
Hoy puedo decir con gratitud que vivo de mi ikigai. lo que amo, de lo que me sale del alma, de lo que da sentido a mis días y a mis desvelos. Y sí, también de lo que me da risa, porque trabajar desde el propósito no tiene por qué ser tan serio que pese. 😎✨
Así que si aún no encuentras el tuyo, o lo tienes pero no lo estás viviendo como quisieras, te dejo esta invitación:
💫 Haz las paces contigo, suelta lo que no suma, rodéate de buena vibra y vuelve a tu centro. Ahí es donde todo encaja. Ahí es donde el trabajo se vuelve gratitud, la vida se siente ligera…Y tú, simplemente, brillas. 💎
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