Los finales e inicios de año siempre nos invitan a revisar avances y plantearnos metas. Algunos rehuyen y difaman este ejercicio por razones y perspectivas distintas y contrapuestas.
Los que dan mucho peso a su pasado se dividen entre los que viven de añoranzas o los que parecen estar marcados negativamente por sus experiencias pasadas.
Por otro lado, están los que se encuentran siempre proyectados en un futuro mejor o los que miran con escepticismo el paso del tiempo, perdiendo la esperanza de lo que está por venir.
En el medio, están los que viven su vida enfocados en el aquí y el ahora, sin preocuparse por el futuro y sin mirar el espejo retrovisor. A menudo, estos pueden ser percibidos como la Cigarra de la fábula de "La Cigarra y la Hormiga".
Por eso a mí, que me encanta esta época del año y este tipo de ejercicios, me asalta la duda respecto de si vale la pena voltear atrás y revisar el pasado. ¿Es necesario invertir tiempo y energía en plantearse un futuro, sabiendo que el mañana es incierto? ¿Cuál es el papel del enfoque en el aquí y el ahora? ¿Cómo se combinan estos tres tiempos? ¿Cuál es más importante? ¿pasado, presente o futuro?
Investigando acerca del tema encontré distintos enfoques:
Por un lado, Daniel Kahneman, Brené Brown y Simon Sinek son parte de los que sostienen que es importante comprender cómo los recuerdos y experiencias afectan la toma de decisiones y el comportamiento. Destacan la importancia de reflexionar sobre el pasado, reconocer las vulnerabilidades y aprender de esas experiencias.
Por otra parte, Eckhart Tolle, autor de "El Poder del Ahora", se centra en la importancia de vivir en el momento presente. Su obra destaca la liberación de las preocupaciones del pasado y del futuro, y aboga por la atención plena y la conciencia en el presente como camino hacia la realización personal. Jon Kabat-Zinn y Alan Watts, son también parte de los que abogan por evitar preocupaciones innecesarias y basan la calidad de vida en la capacidad de mantenerse en el presente.
Por su lado, Stephen Covey, autor de "Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva", Peter Drucker, considerado el padre de la gestión moderna y, más recientemente, Tony Robbins, autor y motivador promueven la planificación proactiva, la visualización del futuro, la definición de metas y la anticipación de los cambios Sus enfoques destacan la importancia de definir metas y tomar medidas como las claves del éxito personal y profesional.
Mientras que Séneca, filósofo estoico romano, en sus "Cartas a Lucilio", aborda la importancia de aprender del pasado, vivir sabiamente en el presente y prepararse para el futuro. Destaca la necesidad de la reflexión sobre las acciones pasadas como un medio para cultivar la virtud en el presente y forjar un futuro significativo.
En mi experiencia personal, he tenido que aprender "a trancazos" que obsesionarse con el futuro, anclarse en el pasado y vivir en el presente de forma irresponsable provocan todas consecuencias negativas. La primera puede disparar la ansiedad, la segunda puede generar depresión y la tercera puede producir parálisis o conformismo. Como en todas las cosas, se trata de encontrar el sano balance que favorezca la salud mental y el crecimiento.
Me parece que si bien no existen las fórmulas perfectas, ni vestimentas de una talla en la vida, puede resultar interesante aprovechar estos días para revisar logros, avances y retrancas (pasado), definir lo que quieres obtener y cómo lograrlo (futuro) y disfrutar tanto dónde estás ahora (presente) como el trayecto recorrido y por recorrer. Creo que se trata de un baile a tres tiempos.
Si ayer fue duro, piensa que hoy eres más fuerte. Si sólo te preocupas por lo que viene, perderás de vista lo que tienes por delante. Si no logras lo que te propones, al menos conseguirás avanzar.
"No podemos tener un pasado inmaculado, pero todos podemos tener un futuro inmaculado. No hay un solo día que no merezca ser considerado." Séneca
¿Y tú, qué opinas?
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